Momentos comunes que unen nuestras misiones
En nuestro día a día, compartimos actividades con personas que quizás nunca conoceremos. Son esos pequeños momentos comunes los que, de alguna forma, conectan nuestras vidas. Después de casi diez años llevando a cabo misiones médicas en África, podemos decir que estas también tienen sus propios momentos comunes, aquellos que nos recuerdan que, independientemente del lugar o del tiempo, hay elementos que se repiten y que resultan esenciales.
Uno de esos momentos me sorprendió especialmente como no sanitario. En las primeras misiones, me impactaba que, en los últimos días, el ritmo de cirugías disminuyera o incluso se detuviera, pese a la evidente necesidad de muchas personas. Mi reacción inicial fue de incomprensión: "¡Con la cantidad de pacientes que necesitan atención!" Pero pronto entendí la razón: en hospitales sin especialistas, una cirugía de última hora que se complica cuando el equipo ya no está puede convertirse en una tragedia. Es mejor posponerla hasta la siguiente misión, donde el paciente podrá recibir un seguimiento adecuado.
Aprendizaje compartido y agradecimiento
La mayoría de estos momentos comunes son positivos y gratificantes. Compartir diagnósticos con los profesionales locales y escuchar sus aportaciones es una señal de progreso. Aunque no tengan un título que los reconozca como especialistas en determinadas áreas, están adquiriendo conocimientos y desarrollando el criterio necesario para proponer soluciones y alternativas. Este intercambio no solo enriquece su práctica, sino que también fortalece la sostenibilidad de nuestro trabajo.
Otro momento que se repite y que siempre llena el espíritu de quienes participan en las misiones es el agradecimiento de los pacientes. Personas que han vivido años resignadas a su enfermedad, creyendo que no había solución, y que en cuestión de días ven transformadas sus vidas. Poder recuperar la salud o aliviar una preocupación que cargaban durante tanto tiempo es algo que no tiene precio.
La pizarra: un elemento universal
Si hay algo que no cambia, sin importar el hospital o el país, es la pizarra. Este elemento tan simple se convierte en el centro de la organización diaria. En ella se anotan quién será atendido, de qué será operado, dónde y por quién. Es un sistema básico, pero absolutamente esencial para coordinar el trabajo de todo el equipo, desde los celadores hasta los cirujanos.
Cerrando un ciclo en Monrovia
Ahora que la misión en el St. Joseph Catholic Hospital se encuentra en su recta final, podemos afirmar que todos estos momentos comunes se han cumplido. Esperamos que el número de pacientes intervenidos y el conocimiento compartido con los profesionales locales sigan representando una mejora tangible en la atención sanitaria del país.
Estos logros son posibles gracias a ti. Tu apoyo permite que cada misión no solo ofrezca soluciones médicas inmediatas, sino que también siembre las bases de un futuro más sólido para los sistemas de salud locales. Continuamos en 2025. Gracias por ser parte de esta transformación.