Sorprendentes Regalos

Que África es diferente es algo que sabe todo aquel que ha tratado con esta vibrante y diversa región en algún momento de su vida. En el último día de nuestra misión en el St. Joseph Catholic Hospital, nuestro equipo se enfrentó a una tarea especial: distribuir el material enviado en el último contenedor.

Nos habían informado previamente que el material remitido en el contenedor estaba almacenado en una habitación, sin tocar, esperando nuestra llegada para ser distribuido. Esta noticia nos sorprendió y nos motivó a actuar con eficiencia y organización.

Nuestro equipo se dividió en dos grupos para abordar las tareas pendientes. Uno de los grupos se quedó en el hospital para organizar todo el material: instrumental, lámparas y consumibles de quirófano, impresoras, pantallas, batas de quirófano, equipos de esterilización, material de farmacia sin caducidad y otro específico para las intervenciones de urología.

A pesar de ser un día festivo, parte del equipo del hospital se unió a nosotros y, juntos, nos pusimos manos a la obra. Se montaron las nuevas lámparas de quirófano, reemplazando las antiguas, se distribuyó el material de farmacia y se guardó el específico para intervenciones de urología. La dedicación y el esfuerzo compartido reflejaron el compromiso y la colaboración entre nuestro equipo y el personal del hospital.

Una de las tareas más gratificantes fue repartir entre los pacientes las almohadas y asientos donados por la empresa Ivorimatex. La alegría en los rostros de los pacientes al recibir sus nuevas almohadas era palpable; se sentían como niños en el Día de Reyes, disfrutando de un confort que antes no tenían. Las fotografías capturan estos momentos de alegría y agradecimiento, mostrando el impacto positivo de estas donaciones.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a Ivorimatex por su generosa donación. Los pacientes del St. Joseph Catholic Hospital ahora se encuentran mucho más cómodos y sus sonrisas son testimonio de la diferencia que podemos hacer juntos.

Además, este esfuerzo conjunto no solo mejoró el bienestar físico de los pacientes, sino que también elevó su moral. Saber que alguien, a miles de kilómetros de distancia, se preocupa por su comodidad y recuperación, tuvo un efecto profundo en ellos. 

Este acto de distribuir material y especialmente las almohadas donadas fue un momento de verdadera solidaridad y esperanza, fortaleciendo los lazos entre nuestro equipo y la comunidad del hospital. Juntos, continuamos trabajando por un futuro más saludable y cómodo para todos.