
Entre el 22 y el 30 de noviembre, un equipo de Surg For All viajará a Monrovia para llevar a cabo la última misión de urología del año en el St. Joseph Catholic Hospital. Será una misión especialmente significativa: no solo porque pone el broche final a un 2025 lleno de retos, sino porque llega tras la cancelación obligada de dos expediciones a Camerún debido a la situación de inestabilidad social. En este contexto, regresar a Liberia supone recuperar el pulso de nuestra actividad sobre el terreno y reafirmar nuestro compromiso con los pacientes que llevan meses esperando atención especializada.
La misión estará liderada por el urólogo José Miguel Giménez, al frente de un equipo procedente de Albacete que ya forma parte de la historia de Surg For All por su capacidad de trabajo, su profesionalidad y su cercanía con los pacientes. Le acompañarán los urólogos Laura Herraiz y Antonio Salinas, el anestesiólogo Fernando Martínez, la enfermera Gloria Marco, y Olga Sánchez, encargada de documentar lo que allí ocurre para poder compartirlo con nuestra comunidad.
Se trata de un equipo cohesionado y experimentado, que regresa al St. Joseph con la voluntad de continuar un proyecto a largo plazo: fortalecer la atención urológica del hospital, apoyar la formación de sus profesionales y sentar las bases del que será uno de los servicios médicos más necesarios del país.
La misión llega en pleno avance de las obras del futuro servicio de urología, cuyo edificio ya ha comenzado a construirse gracias a la financiación concedida por la Conferencia Episcopal Italiana. Mientras los muros empiezan a levantarse en Monrovia, nuestras misiones siguen cumpliendo un papel esencial: garantizar que, cuando el edificio esté listo, exista una estructura profesional sólida y un equipamiento adecuado para que el servicio sea funcional desde el primer día.
Este viaje será también una oportunidad para reforzar el trabajo iniciado con los profesionales locales. En quirófano, el equipo contará con la colaboración del Dr. Augustine Conteh, quien iniciará próximamente su formación universitaria como urólogo gracias al apoyo de Surg For All, y con los enfermeros que este año completaron su estancia formativa en Valencia. Su participación confirma que la formación tiene un impacto inmediato y que cada misión deja un legado que trasciende las intervenciones realizadas.
La situación vivida en Camerún —que obligó a cancelar dos misiones por motivos de seguridad— ha supuesto un golpe emocional y logístico para Surg For All. Pero también ha puesto de manifiesto la importancia de diversificar esfuerzos, fortalecer estructuras locales y mantener un compromiso flexible y adaptado a la realidad de cada país. Volver al St. Joseph en estas fechas es un recordatorio de que nuestro trabajo no se detiene y de que la salud de los pacientes siempre estará en el centro de nuestras decisiones.
Durante la misión, se prevé atender a decenas de pacientes en consulta y realizar un número significativo de intervenciones, priorizando patologías como la hipertrofia prostática benigna, el cáncer de próstata y la patología uretral. Para muchos de estos pacientes, la llegada del equipo supone la única oportunidad de recibir tratamiento especializado en un país donde la escasez de urólogos continúa siendo dramática.
Mientras avanzamos en la misión de noviembre, seguimos trabajando para que el nuevo servicio de urología sea pronto una realidad plenamente equipada. El esfuerzo económico es enorme —se requieren 500.000 dólares adicionales para completar la dotación técnica—, pero cada paso nos acerca más a un hospital capaz de ofrecer autonomía, calidad y continuidad asistencial.
Esta última misión del año no es solo un cierre: es un impulso para todo lo que vendrá en 2026.