“Dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá siempre” - Confucio

Amos, un reflejo de la realidad de la urología en Liberia

Grano a grano se hace una montaña pero cuánta gente sufrirá mientras se llega a la cima

14 de octubre de 2022

Proyecto: Segunda misión urológica a Monrovia en 2022 - #SFAStJoseph2022

Thomas apoyando a los doctores Giménez y Salinas

Estamos en el periodo de descuento de la misión a punto de hacer un resumen de lo realizado y con la sensación por parte del equipo de haber puesto su grano de arena para mejorar la situación en la zona.

Sin embargo es importante no olvidar porqué estamos en Monrovia y para ello queremos contar la historia de Amos, un hombre de 63 años que vive en Margibi-Tocon a una hora y media del hospital.

Amos ha cogido un taxi que le ha costado seis liberianos, un dinero importante para el país, porque ha oído en la radio que han venido unos "médicos del pipi" que pueden ayudarle.

Amos lleva una sonda suprapúbica desde hace dos años y nunca ha visitado a un urólogo.

Son las nueve de la mañana y Amos entra en quirófano, los anestesistas lo preparan para que no tenga dolor y se le realiza una uretroscopia. El diagnóstico no es bueno, para Monrovia, es una estenosis uretral de difícil reparación, "no se puede hacer nada".

Amos tendrá que esperar siete meses al siguiente equipo en el mes de marzo, mientras los urólogos estudiarán su caso para ver si es posible recuperarlo en marzo.

Lo más difícil para el equipo es decirle a Amos que en este viaje no le pueden quitar la sonda.

Esta es la realidad diaria que nuestras misiones pueden paliar pero que solo mejorará realmente si conseguimos que haya un urólogo a tiempo completo en el hospital.

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