En muchos casos los pacientes han llegado con diversas patologías además de HBP, desde piedras en el riñón a hernias abdominales e inguinales que nuestro equipo también ha resuelto.
En los intervenidos se han encontrado tres sospechas de cáncer de próstata y un paciente confirmado con cáncer de próstata avanzado, algo más de un 10% de los tratados por problemas de próstata.
Solo dos mujeres entre todos los operados. Una con problemas de incontinencia y necesidad de incorporar una malla de sujección de la vejiga y la segunda con un tumor vesical. Seguro que hay muchas más mujeres con problemas urológicos pero debe haber barreras socio culturales que dificultan el acceso de la mujer a los servicios urológicos.
Es evidente que tanta próstata de gran tamaño es una causa directa de una falta de atención médica en las primeras etapas de un hiperplasia benigna. Lo que en nuestro mundo se trata con una RTU (resección transuretral) que se realiza de forma endoscópica y permite llevar una vida normal en unos pocos días, en su caso supone muchos años de padecimiento para acabar sin próstata y con una cirugía abierta que tiene mucho más riesgo de infección y requiere mayor tiempo de hospitalización y reposo.
Esperamos que la aportación del Dr. Romaric y las misiones periódicas al hospital permitan paliar la situación mientras conseguimos que se pueda formar o contratar a un urólogo que dé un soporte continuado al servicio.