Hace un año, al escribir el epílogo de la memoria era difícil de imaginar lo que un virus importado de una ciudad China iba a modificar nuestros hábitos y costumbres y cuántos amigos y conocidos iban a sufrir directa o indirectamente los efectos de esa enfermedad.
Términos que no usábamos se han vuelto comunes en nuestro día a día y aún tendremos que vivir con ellos durante el año 2021.
Ahora sabemos que todo lo que proyectemos para el 2021 está sujeto a la evolución de la COVID-19, en España y en los países de destino. No podemos dejar de planificar las actividades aunque es cierto que la incertidumbre que nos rodea hace más complicado aún determinar cuándo se pueden realizar todas aquellas que suponen el desplazamiento de personas entre países.
No obstante mantenemos en nuestro calendario recuperar las actividades que tuvieron que ser canceladas en 2020 tan pronto como la pandemia abra una ventana de oportunidad.
En 2020 hemos cerrado el que fue nuestro primer proyecto, allá por 2015, la formación de Angela Elema y ahora hay una nueva enfermera trabajando en Yaoundé.
No puedo acabar este epílogo sin dar las gracias de corazón a todos aquellos que, en tiempos difíciles, han continuado apoyándonos y a los que han comenzado a colaborar en 2020.
Los proyecto que planteamos, como el de Angela, necesitan de tiempo para dar frutos: formación, aportación de instrumental, tutorización; las fases no son sencillas y todas requieren su tiempo, por ese motivo contar con una financiación básica estable nos permite una mayor tranquilidad en la planificación.
Sigue con nosotros. Gracias.
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